Se reinstala el "Cristina ya ganó"

Se reinstala el "Cristina ya ganó", con la carta del voto consumo y por el efecto “blindaje” ante la crisis
Por Fernando Gutierrez
El boom de ventas pudo más que la inflación y la frágil situación global fue aprovechada por el Ejecutivo para resaltar las bondades del modelo. Con esta victoria, el Gobierno alinea la tropa mientras que la oposición queda diezmada. Ningún candidato se adueñó de los votos "anti k". Lo que viene



El "rebote de cotización" más espectacular de las últimas semanas -y del que se va a hablar en los próximos días- no viene del lado de los mercados financieros sino de la frase "Cristina Kirchner ya ganó".

El "rebote de cotización" más espectacular de las últimas semanas -y del que se va a hablar en los próximos días- no viene del lado de los mercados financieros sino de la frase "Cristina Kirchner ya ganó".

Es que nada había tenido una caída tan abrupta y un recupero con tanto vigor como esa frase que supo instalar el oficialismo.

El aplastante triunfo obtenido en las elecciones primarias (donde, naturalmente, lo menos importante fue la lucha partidaria interna) confirmó que la Presidenta, con un 50% de los votos, prácticamente no tiene rival con vistas a los comicios de octubre.

Más aun. Está en inmejorable situación como para imponerse en primera vuelta, sin necesidad de un ballottage.

"Si no hay un cambio de escenario muy drástico o los líderes opositores no logran establecer un mensaje más claro, esta tendencia de acompañamiento de la gente al oficialismo no se va a modificar", analiza Alejandro Catterberg, director de la consultora Poliarquía.

Pero, por sobre todo, lo que se constató ayer es que el actual Gobierno parece haber elegido la estrategia adecuada, al haber centrado su campaña en la situación económica.

Y lo venía haciendo por "partida doble", ya que no sólo se venía ocupando de resaltar las bondades del boom de ventas local sino, además, de machacar sobre lo mal que le va al mundo por aplicar sus "viejas" recetas.

Así, la delicada situación de muchos países de Europa, la debilidad política de Estados Unidos y los temblores financieros mundiales le dieron un gran espaldarazo el Cristinismo, que se ocupó de vender bien el "efecto blindaje" del que goza la Argentina.

La contundente victoria de ayer no sólo deja las puertas abiertas de par en par para la reelección de la mandataria. También, deja marcado a fuego lo que se viene: la "profundización del modelo K".


El secreto de su éxito

Las palabras de la propia Presidenta en el acto partidario donde festejó su alto nivel de votación dejaron en claro cuál es, en su evaluación, "el secreto de su éxito".

"El mundo es un gran tembladeral. Y necesitamos una dirigencia que pueda tener la tranquilidad, la sapiencia de seguir construyendo los instrumentos que nos han permitido sobrellevar con éxito el desastre de 2008, la crisis de 2009 y hoy estar plantados frente a esta situación", señaló Cristina.

En este contexto, la Presidenta se jactó de los efectos positivos de su política económica intervencionista y de cómo ésta había resguardado al país de los coletazos recesivos globales.

Y su referencia hizo acordar al día en el que anunciara la designación de Amado Boudou como su compañero de fórmula.
En aquella ocasión, había justificado esta elección en la capacidad del ministro para entender que había que buscar "nuevos paradigmas" en un mundo cambiante.

Y, como ejemplo de esa visión, mencionó la re-estatización del sistema jubilatorio y el uso de esos recursos en la asistencia financiera a empresas que, en 2009, atravesaban dificultades.

El diagnóstico de la Presidenta es que su amplio apoyo electoral refrenda su gestión económica, que prioriza la demanda interna como motor de la economía y recurre al subsidio como forma de facilitar el consumo.

Su discurso de ayer nuevamente apuntó en esa dirección, con la siguiente reflexión dirigida a las fuerzas opositoras: "Si logramos no discutir sobre las cosas que ya se han resuelto y, sobre todo, si escuchamos lo que dice la sociedad a través de las urnas vamos a lograr equivocarnos un poco menos".


El "voto consumo" pudo más que la inflación

Los politólogos y expertos en opinión pública vienen destacando que los argentinos tienen como tema prioritario la estabilidad del empleo.

"En este momento, la principal demanda de la sociedad es que le aseguren que no se va a repetir una crisis profunda. Por eso no hay espacio para ninguna propuesta que implique un severo ajuste", señalaba días atrás a iProfesional.com Guillermo Oliveto, titular de la consultora W.

Por otro lado, ya es una máxima aceptada unánimemente que los gobiernos tienen un escenario inmejorable para ganar una elección si la economía del país crece y el dólar se encuentra estable y bajo control.

"Si la economía repunta, el consumo es alto y la oposición está dividida, entonces puede pronosticarse que quien gobierna ya tiene ganados los comicios", opina el politólogo Rosendo Fraga.

"La gente vota con el bolsillo. Hoy la situación está mejor y la gente premia eso", resume el economista Tomás Bulat.
Y observa que esa correlación entre la economía y las urnas viene siendo ratificada casi sin excepción: "En 2007, cuando gana Cristina, la situación estaba bien. Lo contrario ocurrió en 2009, cuando el Gobierno pierde las legislativas. Hoy, nuevamente, en medio de una reactivación, se ve que la gente acompaña".

Las cifras del escrutinio parecen confirmar plenamente estas presunciones.
Porque, más allá del esfuerzo hecho por los candidatos opositores en buscar flancos débiles en la gestión gubernamental, ni las denuncias de corrupción, ni las críticas a la inflación, ni la manipulación de las estadísticas -ni siquiera los problemas de inseguridad urbana- han sido suficientes como para torcer el ánimo electoral, en un momento de baja tasa de desempleo.

Algo que también quedó plenamente ratificado es que la inflación, que suele ser el tema más criticado de la política económica del Gobierno, está muy lejos de ser un factor desequilibrante.

Y da la razón a quienes creen que en la medida en que se mantenga la indexación de los salarios (para aquellos empleados registrados y sindicalizados) y una amplia política de asistencia social (para los sectores de menores ingresos y los trabajadores informales), existe en el país una elevada tolerancia social a la suba de precios.


El voto "anti K" busca único dueño

Ante ese combo electoralmente potente, ningún candidato de la oposición logró erigirse como alternativa lo suficientemente atractiva como para aglutinar el sentimiento "antikirchnerista" que sigue existiendo entre los sectores de clase media de las grandes ciudades.

Y no deja de ser sorprendente el elevado porcentaje de adhesión que tuvo la fórmula oficialista en el ámbito rural, donde la economía está ligada a la actividad sojera.

El analista Artemio López, cercano al oficialismo, atribuye esta situación a "la recuperación de los sectores medios, especialmente la de los productores agropecuarios. Incluso en provincias que habían sido impactadas por el conflicto de la 125, como Santa Fe, Córdoba y Buenos Aires".

En la misma línea, Catterberg, de Poliarquía, señala: "No pareciera que la resolución 125 haya sido un tema muy importante en la decisión de los electores".

Y destaca, además, que los guarismos de ayer confirmaron la imposibilidad de trasladar de forma automática los resultados provinciales a los nacionales.

Así, una estrepitosa derrota del kirchnerismo en la elección para gobernador de Santa Fe no le impidió a la Presidenta colocarse en primer lugar en la propia "cancha" de Hermes Binner.

De la misma manera, en Capital, la cantidad de votos hacia Cristina superó en más de cinco puntos porcentuales los que había obtenido Daniel Filmus.

Esto último parece confirmar que no resulta descabellado pensar que pueda haber votantes de Mauricio Macri que también hayan votado a Cristina.


Con la victoria se "alinea la tropa"

La gran paradoja del kirchnerismo es que la excelente elección de Daniel Scioli en la provincia de Buenos Aires es lo que más fortalece a la Presidenta hacia la interna peronista.

En efecto, a partir de las derrotas provinciales se había comenzado a generar un gran temor en filas oficiales respecto de si Cristina iba a poder "manejar a la tropa del partido", habida cuenta de que muchos dirigentes -al haber quedados relegados en las listas- podían iniciar su camino de la deslealtad.

Parecería que esta "fuga" habría quedado catapultada a partir de esta elección.

El propio Eduardo Duhalde incitaba a esa "rebelión del voto peronista", con la invitación a cortar boleta.

Pero ello no ocurrió. Y, en gran medida, este fortalecimiento de Cristina ha sido gracias al estilo moderado y dialoguista de Scioli.
No dejó de llamar la atención que anoche la Presidenta haya adoptado un tono de discurso mucho menos confrontativo que el habitual.

"No esperen de mí, en esta noche maravillosa, ninguna palabra que menoscabe, agravie o que ofenda a nadie. No estoy para eso", dijo Cristina ante sus partidarios, dejando la duda sobre si el "estilo Scioli" estará ganando influencia en la campaña kirchnerista.

Lo cierto es que, sea con las armas que fuere, Cristina recupera autoridad ante su "tropa" y, de momento, las críticas por haberle dado protagonismo a los dirigentes de la agrupación juvenil "La Cámpora" quedan en un segundo plano.

Por otra parte, su postura parece mucho más fortalecida frente al líder sindical Hugo Moyano, con quien viene manteniendo una "guerra fría", dado que ya no necesita de la movilización de la CGT para consolidar una base de apoyo electoral propia.


Complicados y aturdidos

La situación de la oposición luce mucho peor de lo que parecía, sin ningún candidato que haya sido capaz de concentrar un voto antigubernamental.

Y los analistas no creen que haya una posibilidad de que hacia octubre se produzca el "efecto polarización" que fortaleciera la posición del segundo mejor ubicado.

En este sentido, las primeras evaluaciones dejan ver claramente algunas decepciones.

Especialmente los casos de Elisa Carrió y de Ricardo Alfonsín, que cosecharon votos muy por debajo de sus expectativas.

Por otra parte, el magro caudal de sufragios obtenido por el aliado alfonsinista en Buenos Aires, Francisco de Narváez, induce a algunos analistas a pensar que hubo errores en las políticas de acuerdos.

"La gente castigó las alianzas de gente que sólo se unía por el espanto al kirchnerismo", graficó la analista Doris Capurro, en alusión a la performance opositora en la provincia.

Y el resultado confirma, además, que los votos hacia De Narváez en las legislativas de 2009, no tenían "dueño" sino que, más bien, expresaban un rechazo a Néstor Kirchner en un momento particularmente malo del Gobierno.

El opositor que, sin dudas, tuvo más motivos para festejar fue Hermes Binner, que logró consolidar un nuevo movimiento político donde hay una sensación de potencial de crecimiento.

En definitiva, el resultado preliminar de las internas es el de una Presidenta fortalecida y que recibe un fuerte respaldo a su política económica.

Enfrente, una oposición que ve la posibilidad de un ballottage casi como una utopía.



Fuente: Se reinstala el "Cristina ya ganó", con la carta del voto consumo y por el efecto ?blindaje? ante la crisis

Les alcanzo este analsis muy acertado y realista.