El Chispas F.S de Orense, en España, está integrado sólo por sacerdotes. Van a participar de la Champions Clerum (sic) de Fútbol Sala, contra rivales que también le dedican hora completa al rezo. Celebran misa diaria, pero siempre se hacen un lugarcito para no perder la forma. Luis, el técnico, a los 20 años iba a fichar para el Atlético de Madrid, pero lo bocharon por su vocación.



Desde la imagen fetiche de los jugadores haciendo la señal de la cruz al momento de saltar al campo de juego, pasando por el guiño a Dios de los arqueros antes de una definición por penales, hasta la clásica postal brasileña del rezo conjunto en mitad de cancha, son muchas las situaciones que vinculan al fútbol con la fe, aunque sea a través de las cábalas. Y, sin ir más lejos, una sotana hace muchos años que dejó de ser sólo la vestimenta característica de los curas, para convertirse también en sinónimo de tirar un caño. Inclusive el número dos del Papa, Tarcisio Bertone, fantaseó con que el Vaticano tuviera su propio equipo en la primera división del calcio italiano. Pero, poco se sabe de la Champions Clerum, la Champions League de fútbol sala que juegan los equipos compuestos sólo por sacerdotes y en donde cada equipo representa a un país. Es el caso del Chispas F.S. de Orense, España, un conjunto compuesto por 12 curas de esa región de Galicia. Sí, algo así como los apóstoles de la redonda.

"Para fútbol once no podíamos porque somos pocos curas y en el seminario, que es la cantera del equipo, hay pocos jóvenes. Entonces dijimos para el fútbol sala sí podemos. Hace tres años que nos federamos y estamos compitiendo en la segunda local orensana", explica el párroco Alberto López, un diestro -"aunque manejo las dos piernas", aclara- que juega de volante por izquierda –"pero a veces también me ponen de pívot", se queja- y al que le gusta tirar caños "al estilo Valerón", el ex jugador del Deportivo La Coruña.

Alberto cuenta que celebran misa todos los días, pero que los miércoles a la noche se juntan a entrenar y definen el equipo titular para el sábado a la noche.

El ritual antes de pisar la madera es siempre el mismo: un padre nuestro. "Pedimos que no lesionemos a ningún rival y que nosotros tampoco, porque somos pocos y porque el domingo tenemos que ir a las parroquias", explican. Pero vamos, ¿no tienen a Dios de su lado estos muchachos? "Tiene asuntos más importantes que ayudarnos a meter la pelota. Este año vamos de terceros por la cola, pero nadie se enoja con él por eso", reflexionan.

¿Qué pasa con el fútbol sala español que un equipo de mujeres se desnuda, otro lo integran curas? Javier tiene la respuesta: "El fútbol sala es el gran olvidado en España. Hemos ganado grandes títulos, pero... Lo nuestro fue suerte. No pretendemos ser famosos, sólo nos gusta jugar. Tenemos claro que antes que nada somos hombres de la iglesia". Por lo pronto ellos se preparan para viajar a Sarajevo, donde, del 12 al 15 de este mes, intentarán superar el sexto puesto que obtuvieron en la Champions pasada... Y cualquier problema, ya saben que en Argentina tenemos la mano de Dios para prestarles.

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