¡Los putos con Perón!

"Los putos con Perón", decía el cartel que el puñado de muchachos con pantalones Oxford levantó en Plaza de Mayo el 25 de mayo de 1973. Era la segunda aparición pública del Frente de Liberación Homosexual Argentino (FLHA, un grupo de universitarios, intelectuales y sindicalistas que llegaba a la revolución a través de su sexualidad, cuyo despliegue se debió en gran parte al liderazgo del escritor Néstor Perlongher.

Néstor Perlongher hace la crónica de la emergencia y desarrollo de los grupos que intentaron crear un "estado de conciencia" sobre las condiciones de opresión en que vivían los homosexuales hacia fines de los 60. Inicialmente estos grupos bregaron por llevar a la esfera de lo público el mundo oculto de la homosexualidad, y su objetivo político apuntó a denunciar la represión policial y judicial contra los homosexuales y lesbianas, que bajo el gobierno de Onganía se había agravado.

El Frente de Liberación Homosexual de la Argentina se creó en agosto de 1971 "...en medio de un clima de politización, de contestación, de crítica social generalizada, y es inseparable de él." Como buena parte de los argentinos de entonces, cree en la liberación nacional y social y aspira al logro de las reivindicaciones específicamente homosexuales en ese contexto.

De la reunión fundadora participaron Juan José Hernández, Héctor Anabitarte (sindicalista expulsado del Partido Comunista por su condición de homosexual quien, hacia fines de los 60, había participado de la primera agrupación, "Nuestro Mundo", que intentó crear un estado de conciencia sobre las condiciones de vida de los homosexuales), los escritores Manuel Puig, Blas Matamoro y el analista social Juan José Sebreli.

En marzo de 1972, según relata Perlongher, ingresan una decena de estudiantes universitarios al Frente –el grupo Eros– provenientes de las carreras de Filosofía y Letras, Psicología y Sociología y con militancia en diferentes partidos y agrupaciones de izquierda y anarquistas, como el propio Perlongher, que militaba en el Partido Obrero. La incorporación de estos jóvenes entrenados en las prácticas políticas produjo un impacto en el movimiento, que fue desde el reformismo inicial a posturas radicales y revolucionarias. El movimiento caracteriza a la opresión derivada del sistema "heterosexual compulsivo y exclusivo" como propia del capitalismo y llama a la alianza con los movimientos de liberación nacional y social y con los grupos feministas de aquella época, tales como la Unión Femenina Argentina (UFA), el Movimiento de Liberación Feminista (MLF) y la Asociación de Mujeres Socialistas.

Más tarde, el FLHA promueve un acercamiento a la izquierda peronista y participa dentro de las columnas de Montoneros en la asunción de Cámpora con un enorme cartel con una frase extraída de la marcha peronista: "Para que reine en el pueblo el amor y la igualdad" y en Ezeiza, en junio de ese mismo año, en ocasión del retorno de Perón. Pero las reacciones desde dentro de Montoneros son disímiles frente a esta alianza. El recelo y la desconfianza se agrava a partir de las pintadas que en las calles de la ciudad denuncian una alianza "entre la izquierda, los homosexuales y los drogadictos" y de los comentarios que en ese sentido publica El Caudillo, órgano de prensa de la ultraderecha peronista, que en su artículo "Acabar con los homosexuales" había expresado: "A los que ya son proponemos que se los interne en campos de reeducación y trabajo, para que de esa manera cumplan con dos objetivos: estar lejos de la ciudad y compensarle a la Nación trabajando por la pérdida de un hombre útil. (…) Tenemos que crear brigadas callejeras que salgan a recorrer los barrios de las ciudades, que den caza a esos sujetos vestidos como mujeres, hablando como mujeres. Cortarles el pelo en la calle o raparlos y dejarlos atados a los árboles con leyendas explicatorias y didácticas." Estos argumentos son un calco de las prácticas discriminatorias nazis, ya que el nacional-socialismo alemán declaraba que los gays eran incompatibles con sus principios "debido a que no se reproducen y no perpetúan la raza aria", sobrado motivo para recluirlos en campos de concentración junto a judíos, gitanos y otros indeseables. Pero la respuesta de Montoneros a la prédica fascista no se hace esperar y la consigna "No somos putos, no somos faloperos, somos soldados de FAR y Montoneros" pasa a formar parte del repertorio de las manifestaciones. En ese clima en el que se agudiza la paranoia, Montoneros esquiva establecer cualquier tipo de alianza que pudiera implicar una identificación con los grupos de homosexuales militantes.

Luego de la fallida alianza con el peronismo, el FLHA pasa a adherir al FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo), propuesta frentista y policlasista del Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT): "En 1974 convergieron el trotskista Partido Socialista de los Trabajadores, las feministas y el FLHA, por la derogación de un decreto que prohibía la información y difusión de métodos anticonceptivos". En el discurso de la izquierda trotskista, aunque menos ortodoxo, también se hablaba de decadencia burguesa y el lugar que se le otorgó a grupos como el FLHA fue minúsculo y en última instancia clandestino. Resulta representativo el espacio físico que les concedieron en la sede del Partido Socialista de los Trabajadores (PST) por la directa intervención del dirigente Nahuel Moreno, quien había entrado en contacto con algunos militantes del FLHA: una habitación minúscula, siempre bajo llave, y con un cartel en la puerta que advertía "Prohibido entrar". Y con la condición de mantener el secreto para que no se enterasen de esas reuniones el resto de los militantes.

Por su parte el PRT llegó a protestar porque a sus militantes solían encerrarlos "con las maricas que caían en las redadas morales de cines y bares". La enfermedad debía quedar recluida y los enfermos en cuarentena.

La vuelta de Perón

COMUNICADO DE MONTONEROS

Han pasado 18 años. 18 años duros donde hemos conocido de todo. La persecución más sangrienta, el asesinato más impune, la tortura como cosa de todos los días, nuestra voz silenciada, la Patria vendida. Hemos sabido que es el dolor y que es la injusticia. La hemos vivido aprentándonos los unos contra los otros cada vez que el régimen intentaba aniquilarnos. Amparados en la noche, imprimiendo volantes, armando "caños como podíamos, expropiandoles las armas al enemigo, poniendo al servicio de nuestra causa todos los conocimientos que fuesen posibles. Desde las entrañas de ese dolor y esa larga lucha hemos aprendido que a un Pueblo no se lo derrota, aunque pierda muchas batallas. Desde alío extraemos también esta inmensa alegría del triunfo y de observar a nuestros enemigos en retirada.
VUELVE PERON. Y ese símbolo que pintamos con carbón, aerosoles y pinceles en todas las paredes del país, que fue nuestro primer signo de resistencia y nuestra principal bandera de lucha, se ha hecho realidad, Perón y los peronistas lo hemos hecho realidad.
De nada valió la trampa, el soborno, la represión, los intentos de quebrarnos de dividirnos, de integrar al régimen este "hecho maldito" para la oligarquía que es la indestructible lealtad entre Perón y el Pueblo Peronista. No importó el exilio, no importó que impidiesen nuestra expresión, no sirvieron las mentiras y el engaño, no sirvieron las falsas promesas, porque detrás de cada una de ellas persistía la violencia del régimen y la entrega de la Patria.
Los fusilamientos de junio de 1956 o de agosto de 1972, los secuestros o las cámaras de tortura, los CONINTES o la proscripción, no lograron intimidarnos porque estábamos y estamos dispuestos a dar la vida por Perón. Lo hicimos. Frente a la violencia militar el Pueblo Peronista organizó su violencia, consciente de que somos mayoría, como lo demostramos en 1957, 1958, 1962, 1963 y 1965, a pesar de que las fuerzas de la antipatria y nuestra escasa preparación impidieron hacer realidad esos triunfos.
Nos organizamos sintiendo la justicia de nuestra causa, cambiamos constantemente nuestros métodos de lucha, pero siempre con un mismo objetivo: golpear, golpear. Nos dábamos cuenta que en cada uno de esos pequeños combates desgastábamos al enemigo. Para ello, Perón nos enseñó a "golpear donde es necesario y cuando es necesario.

A partir de 1966, quedó definitivamente claro que no había más remedio que salir a la calle para arrancarle al enemigo las armas sobre las que asienta su poder; además, nos movilizamos combativamente hasta que la policía no alcanzó para detenernos. La dictadura tuvo que sacarse totalmente la careta y poner los tanques en la calle. También soñaron con hacer "negocios " con Perón, pero Perón sólo responde a su Pueblo y destruyó una a una cada trampa preparada por el régimen. Les ganamos la batalla, les arrancamos el 11 de marzo, tuvieron que entregarnos el gobierno el 25 de mayo y la liberación de los compañeros presos producida ese día simbolizó el comienzo de la Liberación de todo el Pueblo.
VUELVE PERON. Para consolidar el triunfo sobre la camarilla militar y la oligarquía, los testaferros del imperialismo. "El enemigo está en retirada, pero conserva aún su poder económico, y fundamentalmente militar, y buscará armarse para contraatacarnos. En estos 18 años también hemos aprendido que el enemigo no se entrega. Hay que vencerlo y, como dice Perón: Es necesario perseguirlo y aniquilarlo".
Para ello, con el gobierno reconquistado, nuestras tareas más importantes son la movilización y continuar con la organización de todo el Pueblo. Cada Peronista debe organizarse para la defensa del triunfo y para seguir avanzando hasta la toma del Poder Total: en cada fábrica, en cada barrio, en cada lugar de trabajo o estudio, deben irse construyendo las bases de un poder popular capaz de enfrentar cualquier intento del enemigo por arrebatarnos la victoria que tanto sacrificio nos ha costado.
VUELVE PERON. Solamente organizados, movilizados y construyendo un Ejercito Peronista capaz de dar lucha en todos los frentes, podremos garantizar que la vuelta de nuestro líder a la patria sea definitiva y para conducirnos en la construcción del Socialismo Nacional hacia nuestra Argentina Justa, Libre y Soberana. Septiembre de 1955 no debe repetirse jamás.
VUELVE PERON. Y todo el Pueblo se moviliza para ir a recibirlo. El 20 de junio nuestro mejor golpe al enemigo es ganar la calle e imponer nuestra fiesta. Como ayer y como siempre, este día, con mayor intensidad que nunca, está presente nuestra inmortal compañera y abanderada de los humildes: EVITA, y todos nuestros mártires en la lucha por la Liberación Nacional y Social.

¡PERON O MUERTE! ¡VIVA LA PATRIA!

MONTONEROS


Cronología del primer retorno

7 de noviembre de 1972 - Héctor J. Cámpora anuncia que Perón regresará al país el 17 del mes en curso. Simultáneamente, el líder publica en todos los diarios argentinos una solicitada dirigida "A los compañeros peronistas" confirmando su vuelta.

14 de noviembre de 1972 - Parte desde Ezeiza el vuelo de Alitalia que transporta a los miembros de la comitiva que acompañará a Perón en su Retorno a la Argentina.

15 de noviembre de 1972 - Desde Roma Perón dirige un nuevo mensaje al pueblo argentino. Se anuncia que a la mañana siguiente, en la Catedral de San Pedro, la comitiva ofrecerá una misa de acción de gracias concelebrada por el Padre Vernazza y el Padre Mujica.

16 de noviembre de 1972 - El gobierno de facto despliega gran cantidad de efectivos militares en torno al aeropuerto a pesar de lo cual se le hace imposible contener a los miles de militantes que consiguen cruzar el río Matanza bajo una fuerte lluvia. Esa noche, el DC-8 Giuseppe Verdi de Alitalia parte desde Roma con 154 pasajeros con destino Roma - Dakar - Buenos Aires.

El chárter histórico - Un cuarto de siglo después

Durante muchos años la palabra "chárter" remitió casi con exclusividad al vuelo de Alitalia que trajo a Juan Domingo Perón del exilio, el 17 de noviembre de 1972. En esos tiempos no era habitual contratar aviones grandes (este era un Boeing 707) para vuelos fuera de rutina, tal como hoy hacen no los partidos políticos pero sí algunas agencias de viajes mayoristas.

Aquel chárter no buscaba bajar costos, como no fueran costos políticos: Perón ya había intentado volver al país en 1964 en un vuelo de línea junto a unos pocos acompañantes (Isabel Perón, Jorge Antonio, Andrés Framini, Augusto Vandor) y no había podido pasar de Río de Janeiro. En 1972 tendría un centenar y medio de acompañantes y avión completo, aunque no sería exacto decir avión propio: la máquina, bautizada Giuseppe Verdi, era la que, con idéntica tripulación, Alitalia solía poner a disposición del papa Paulo VI.

El Giuseppe Verdi partió de Roma porque Perón, por motivos que aún hoy son materia de conjetura, prefirió retornar desde Italia y no desde España, donde había estado exiliado 12 años. En Roma fue atendido por Giancarlo Elía Valori, un poderoso empresario vinculado con Licio Gelli que hoy es el número uno de las autopistas italianas. Entrevistó a otros empresarios y dio una tumultuosa conferencia de prensa, pero, aunque la escala lo sugería, no fue recibido por el Papa.

El 17

Paradojas de la época: ese viernes fue feriado. El presidente Alejandro Lanusse, quien venía de decir tres meses antes que a Juan Domingo Perón "no le da el cuero" para volver, decretó que el día fuera "no laborable". Por única vez en la Historia un gobierno, para recibir a su enemigo favorito, ordenaba paralizar a toda la nación.

Lanusse quería desalentar la bienvenida popular en Ezeiza. El feriado debía fagocitar el paro general cegetista y el despliegue militar haría el resto: Perón aterrizó aislado. Pero nunca nadie discutió que ese 17 de noviembre fue un día histórico.

Un cuarto de siglo después, politólogos, historiadores y protagonistas siguen escribiendo libros en los que intentan resolver algunos enigmas pendientes de la pulseada Perón-Lanusse, cuyo clímax fue ese retorno que Perón quiso posterior al plazo fijado por su incrédulo retador. Por ese desembarco tardío para el cronograma electoral, teóricamente, Perón no pudo ser candidato en las elecciones del 11 de marzo de 1973, para las que convirtió en ahijado a Héctor Cámpora. Volvió en forma definitiva el 20 de junio de 1973 (cuando se produjo la matanza de Ezeiza) y sólo llegó a la presidencia -por tercera vez- el 23 de setiembre, en los comicios organizados por el gobierno peronista.

Los años de plomo ya habían comenzado. En 1970 los Montoneros habían debutado con el asesinato del general Pedro Aramburu. En 1972 la violencia guerrillera era casi cotidiana y apenas 87 días antes de la vuelta de Perón había ocurrido la matanza de Trelew. En las Fuerzas Armadas había sectores fuertemente antiperonistas, cuyo disgusto con el retorno de Perón era difícil de medir, pero en todo caso resultaba inquietante, aun para Lanusse. El "chárter", en este clima, funcionaba como anillo protector, si bien constituía, antes que nada, una demostración política. En el justicialismo se suponía, no sin razón, que Perón solo era más vulnerable que Perón rodeado de figuras destacadas. Ese pasaje de ex ministros, ex legisladores, militares retirados, gremialistas, artistas y deportistas conformaba una muestra irrepetible del peronismo. Lo prueba, entre otras cosas, el hecho de que en ese avión se concentraron todos los presidentes peronistas que hubo desde el 46 hasta hoy: Perón, Héctor Cámpora, Raúl Lastiri, Isabel Perón y Carlos Menem.

También estaban conspicuos representantes de las vertientes más radicalizadas, que no mucho después se enfrentaron en armas. Desde José López Rega, fundador de la Triple A, hasta el ideólogo del Peronismo de Base Rodolfo Ortega Peña, asesinado en 1974 por esa organización terrorista de ultraderecha cuando era diputado nacional. Después de 25 años, alrededor de un tercio falleció.

Distintas fuentes aseguran que la suma de pasajeros y tripulantes era de 154 personas. Pero el ex ministro de Educación Jorge Taiana, médico personal de Perón y presidente de la comisión organizadora del viaje, quien está escribiendo un libro sobre el tema, estima que el número era levemente inferior.

Algunos nombres -los menos- hoy resultan desconocidos y ni siquiera quienes participaron de la confección de la lista, como el capitán retirado Ricardo Anzorena (83) o Antonio Cafiero (75), recuerdan los motivos de su inclusión.

-Mucha gente quería viajar -evoca Anzorena-. En un primer momento teníamos tres personas por cada asiento.

-¿Y cómo hicieron? -La primera selección incluyó a los presidentes de partido de cada provincia. Por eso fue Menem. Nosotros mandábamos las listas para que Perón las aprobara y él las devolvía con alguna corrección.

Cafiero cuenta que no era sólo Perón el que corregía las listas, sino que allí tenía alguna injerencia López Rega. El historiador Fermín Chávez asegura que él mismo fue "bajado" del avión por López Rega.

Anzorena no lo confirma y en cambio habla de autoexcluidos. "Ante la ola de amenazas, un día antes del vuelo dos personas que no voy a nombrar, y que me habían molestado muchísimo para viajar, devolvieron los pasajes; uno, que era marino y había sido edecán de Perón, decía que la Marina iba a bombardear el avión".

Juan Manuel Abal Medina, quien tenía 26 años en 1972 cuando como secretario general del justicialismo recibió al chárter en Ezeiza, dijo a Clarín desde México que nunca se le había cruzado por la cabeza el temor de que el avión fuera derribado. Eso sí: según Abal Medina, tanto Perón como Arturo Frondizi estaban armados.


Los años que siguieron alternaron euforia y tragedia. Los pasajeros del chárter siguieron infinitos caminos. Rogelio Coria, de la UOCRA, fue asesinado por Montoneros. Casildo Herreras, dirigente textil fallecido este año, condujo la CGT y cuando fue el golpe de 1976 "se borró". Hubo quien salió más tarde del justicialismo, como Nilda Garré, ahora diputada del Frepaso, y, también, quien salió de la política, como la actriz Marilina Ross, hoy cantante, quien al ser requerida por Clarín hizo saber por su agente de prensa que no daba entrevistas para hablar del chárter.

Sólo cinco pasajeros del avión desempeñan cargos públicos en el actual gobierno peronista. Uno de ellos es el propio presidente. Los demás son el canciller Guido Di Tella, el flamante responsable de la Oficina de Etica, José María Castiñeira de Dios, el asesor presidencial Angel Robledo y el senador Cafiero.

Cafiero y Lorenzo Miguel, el eterno líder de las 62 Organizaciones, ganan en vigencia. Se trata de los únicos pasajeros que, habiendo sido figuras centrales de la vida política cuando se produjo la vuelta de Perón al país, lo siguen siendo hoy. Menem, en cambio, aún no sobresalía en 1972, como lo demuestra el testimonio de Cafiero

Miguel Bonasso cuenta con detalle en El presidente que no fue las comunicaciones en clave que se hicieron desde el avión con el fin de prever eventuales alteraciones del plan de viaje. También relata en forma pormenorizada las horas que Perón y media docena de acompañantes vivieron en el Hotel Internacional de Ezeiza, donde permaneció detenido de hecho antes de partir hacia la casa que se le había comprado en la calle Gaspar Campos.

Aun hoy, sin embargo, el brigadier Osvaldo Cacciatore, que en 1972 era jefe del Estado Mayor Conjunto y que tuvo a su cargo el "operativo de seguridad", niega que Perón haya estado preso al bajar del avión y recurre a explicaciones similares a las usadas por el régimen militar hace 25 años para justificar el espectacular despliegue que inhibía los movimientos del General: "Si salía del hotel no había garantías para su seguridad".

LA LISTA:

El vuelo regular 3584 de Alitalia del 17 de noviembre de 1972 estuvo compuesto por 154 personas, entre los pasajeros y el General. La comitiva que partió de Buenos Aires para regresar al país con Juan Domingo Perón estaba integrada por un amplio abanico de representantes de la sociedad argentina. He aquí los más importantes.

JUAN DOMINGO PERON:
Fue elegido presidente en 1946, reelegido en 1952 y depuesto por un golpe militar en 1955. Permaneció 17 años exiliado. En 1972, después de recibir en Madrid a emisarios del gobierno militar que encabezaba el general Alejandro Lanusse con el cual estaba abiertamente enfrentado, retornó por primera vez al país a bordo de este chárter. Siete meses después, cuando gobernaba Héctor Cámpora, volvió definitivamente y fue elegido presidente por tercera vez. Murió en Olivos el 1 de julio de 1974.

MARIA ESTELA MARTINEZ DE PERON:
Vive en España alejada de la política. Elegida en 1973 como vicepresidenta, fue presidenta entre 1974 y 1976. La derrocaron las Fuerzas Armadas y estuvo cinco años presa. Viajó en el chárter en carácter de esposa del General.

HECTOR CAMPORA:
Fue presidente durante 49 días, en 1973. Había conducido la Cámara de Diputados durante los años cincuenta. En 1972 era delegado personal de Perón, función política de máxima importancia. Falleció en 1980 en México, donde estaba exiliado.

RAUL LASTIRI:
Yerno de López Rega, en el gobierno de Cámpora fue presidente de la Cámara de Diputados y desde ese cargo saltó a la presidencia de la Nación, en un interinato destinado a habilitar la candidatura de Perón. Murió en 1978.

CARLOS SAUL MENEM:
fue el primer presidente reelecto después de Perón. Fue elegido en 1989. En 1972 era presidente del Partido Justicialista de La Rioja, provincia que luego gobernó en tres oportunidades (1973-76, 1983-87, y 1987-89).

ANTONIO CAFIERO:
fue senador nacional por la provincia de Buenos Aires, de la que fue gobernador en 1987-91. Al chárter ya subió como ex ministro de Perón. Más tarde sería ministro de Economía de Isabel, además de embajador. En el partido fue presidente del Consejo Nacional. Perdió contra Menem la candidatura presidencial en 1988.

GUIDO DI TELLA:
fue canciller de Menem en enero de 1991. En 1972 era presidente del Fondo Nacional de las Artes. Fue diputado nacional, ministro de Defensa y embajador en Washington.

JOSE LOPEZ REGA:
Secretario de Perón en el exilio, en ese carácter ocupó un asiento de primera clase en el chárter. Cámpora lo designó ministro de Bienestar Social y luego lo confirmaron Lastiri, Perón e Isabel. Con ésta, adquirió poder de superministro y llegó a montar un aparato criminal en el Estado, que se denominó Triple A (Alianza Anticomunista Argentina). Huyó del país en 1975, luego de ser repudiado en la Plaza de Mayo. Estuvo diez años prófugo, hasta que se entregó al FBI, en 1986, en Miami. Fue extraditado y juzgado por graves delitos. Falleció estando en prisión, en 1989.

VICTORIA LORENTE:
Era secretaria de Perón en Puerta de Hierro. fue profesora en la Universidad de Guadalajara, España.

NELIDA DE MIGUEL:
Diputada en el primer gobierno de Perón. colaboro con la Secretaría de la Mujer y trabajo en la campaña de Daniel Scioli.

LORENZO MIGUEL:
fue el sindicalista que más poder acumuló, de manera continuada, en las últimas tres décadas. Tras la muerte de Augusto Vandor pasó a liderar la Unión Obrera Metalúrgica, a cuyo frente sigue hoy. Interviene en el manejo de la CGT y controla las 62 Organizaciones Sindicales Peronistas. Siempre participó de la vida del Partido Justicialista. Cuando subió al chárter ya era uno de los sindicalistas más influyentes.

RICARDO ANZORENA:
En 1950 se retiró de la Marina como capitán de navío. Entre 1954 y 1955 fue interventor de la provincia de Santa Fe. Meses después fue detenido, durante un año, acusado de sublevarse con el general Valle. Tuvo un papel fundamental en la confección de las listas que derivaron en la nómina de pasajeros del chárter.

EMILIO MIGNONE:
Trabajó en el gobierno provincial de Domingo Mercante en 1952. Fue rector de la Universidad de Luján. Tiene una hija desaparecida, secuestrada en su casa durante el último gobierno militar. Es un destacado dirigente de derechos humanos. Preside el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS).

LEONARDO FAVIO:
Director de cine. Realizó Nazareno Cruz y el lobo, Gatica, el mono, entre otras.

SERGIO VILLARRUEL:
Periodista televisivo de prestigio. Viajó en el chárter como profesional, enviado por Canal 13. En esa época ya era una cara famosa.

JORGE CONTI:
Viajaba en el avión como periodista enviado por Canal 11 de Buenos Aires, pero no disimulaba su partidismo peronista. Fue funcionario en el gobierno de 1973-76. Se casó con Norma López Rega, viuda de Lastiri e hija del "Brujo", de quien fue estrecho colaborador. Dejó el periodismo y la política.

VICENTE SOLANO LIMA:
Dirigente del Partido Conservador Popular, acompañó a Cámpora en la fórmula presidencial de 1973. Renunció a la vicepresidencia junto con el Tío a los 49 días de gobierno. Falleció en 1984.

CASILDO HERRERAS:
Fue secretario general del gremio de los textiles, desde donde llegó a conducir la CGT durante el gobierno de Isabel Perón. En 1975 se exilió y dijo a la prensa, en vísperas del golpe: "Yo me borro".

CARLOS MUGICA:
Religioso perteneciente al Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo. Trabajó con los pobres, especialmente en la Villa 31 de Retiro. En 1974, después de celebrar misa, fue asesinado por la Triple A.

ROGELIO CORIA:
Jefe del gremio de la construcción (UOCRA), lo asesinó un comando montonero en 1974.

PEDRO CAMPORA:
Sobrino de Héctor Cámpora, fue senador nacional entre 1973 y 1976. Con el golpe, tuvo que exiliarse.

RICARDO OBREGON CANO:
Fue gobernador de Córdoba en octubre de 1974. Estuvo exiliado en México durante la dictadura militar y su vicegobernador Atilio López fue asesinado por la Triple A.

JOSE HUMBERTO MARTIARENA:
Fue secretario general del movimiento peronista en 1973 y senador nacional. Murió en 1988.

ABEL CACHAZU:
Boxeador. Fue campeón nacional de los welters.

JUAN CARLOS GENE:
Actor y director teatral, fue el locutor oficial para el Canal 7 del regreso de Perón en 1973.

CHUNCHUNA VILLAFAÑE:
Era modelo. Durante la dictadura se exilió en Europa.

JOSE FRANCISCO SANFILIPPO:
Futbolista. Se retiró el mismo 1972. Hoy tiene una inmobiliaria y es comentarista deportivo. Se confiesa cercano al duhaldismo.

MILO DE BOGETICH:
Coronel croata. Fue guardaespaldas de Perón y luego de su esposa Isabel. Murió en Asunción, Paraguay, en 1988.

OSCAR ALONSO:
Cantante de tangos. Falleció en 1980.

JOSE MARIA CASTIÑEIRA DE DIOS:
Poeta, ascendió al chárter en su condición de intelectual peronista. Al año siguiente fue secretario de Prensa y Difusión. También se desempeñó como director de la Biblioteca Nacional y subsecretario de Cultura de la Nación en dos oportunidades (1950 y 1991).

OSCAR BIDEGAIN:
En 1973 fue gobernador de la provincia de Buenos Aires, de donde fue desplazado, tras acercarse a la izquierda peronista, en favor de Victorio Calabró.

DEOLINDO BITTEL:
Senador y gobernador chaqueño en varias oportunidades, fue una figura central de la vida política durante el "Proceso", cuando se desempeñó como vicepresidente del PJ. En la época del chárter ya pertenecía al grupo de los veteranos, porque se había destacado en los cincuenta. Falleció el mes pasado.

JORGE VERNAZZA:
En 1972 integraba el movimiento de curas del Tercer Mundo.

ALBERTO ROCAMORA:
Fue ministro del Interior durante el gobierno de Isabel y diputado en el primer gobierno de Juan Domingo Perón.

CARLOS BENITEZ:
Fue ministro de Justicia con Cámpora y Perón y ministro de Isabel.

JORGE GIANOLA:
Secretario general del movimiento justicialista. Murió en 1973.

PEDRO BONANI:
Ministro de Economía de Isabel. Falleció en 1986.

LUDOVICO CAVIA:
Secretario parlamentario de la Cámara de Diputados de 1973 a 1976. Falleció.

SANTIAGO MELE:
Dirigente del peronismo histórico de la Capital Federal. Falleció en 1973.

SATURNINO FUNES:
Fue dirigente del peronismo.

LUIS LONGHI:
Fue apoderado del Partido Justicialista.

ABELARDO ARCE:
Fue dirigente del gremio de los lecheros.

JOSE TORANZO SANCHEZ:
Sucedió a Lastiri como presidente de la Cámara de Diputados.

ERNESTO FATIGATTI.
Participo de la Comisión Permanente de Homenaje a Perón.

ENRIQUE GAU:
Participo en el Club del 45.

ARTURO PONS BEDOYA:
Comodoro retirado, se encargó de las tratativas para contratar el avión.

RAUL MATERA:
Médico cardiocirujano muy cercano a Perón, fue secretario de Ciencia y Técnica con Menem. Presidió el PJ porteño. Murió en 1994.

JOSE RODRIGUEZ:
Presidio SMATA, el gremio de los trabajadores del automotor.

RODOLFO ORTEGA PEÑA:
Abogado de las Fuerzas Armadas Revolucionarias. Codirigió la revista Militancia. Lo mató la Triple A en 1973.

MARTHA LYNCH:
Escritora. Publicó La señora Ordóñez, Informe bajo llave y La alfombra roja. Se suicidó en 1985.

MARILINA ROSS:
Actriz y cantante que se hizo conocida con su interpretación de La Raulito. Estuvo exiliada después de la caída de Isabel. A su retorno, en 1983, se dedicó a cantar.

NORMA LOPEZ REGA:
Hija de José López Rega. Fue primera dama, en 1973, cuando su primer marido, Raúl Lastiri, pasó por encima del presidente provisional del Senado, quien estaba primero por la ley de Acefalía, y ocupó el sillón de Rivadavia que dejó vacante Cámpora.

HUGO DEL CARRIL:
Fue actor, director y cantante de tangos. Grabó la Marcha Peronista. Falleció en 1989.

EDUARDO LUIS DUHALDE:
Abogado y periodista. Asesoró a miembros de las FAR. Codirigía con Ortega Peña la revista Militancia. Dirigió el diario Sur. Actualmente es camarista penal.

JORGE TAIANA:
Ministro de Educación en el tercer gobierno de Perón, era su médico personal y también le tocó firmar el certificado de defunción de Evita.

NILDA GARRE:
Al año siguiente del charter fue la diputada más joven de la historia. Estuvo casada con Juan Manuel Abal Medina. En 1976 se exilió en la embajada de México junto a Héctor Cámpora.

ADALBERTO EDUARDO WIMER:
Destacado dirigente gremial de Luz y Fuerza. Murió en 1981.

MIGUEL BELLIZI:
Fue el primer cardiocirujano que practicó un transplante de corazón. Murió en 1991.

ALFREDO GOMEZ MORALES:
Había sido ministro de Perón en los dos primeros gobiernos. Volvió a ser ministro de Economía con Isabel. Murió en 1990.

LEOPOLDO FRENKEL:
En 1973 se convirtió en el intendente más joven de Buenos Aires. Después se dedicó al ejercicio del derecho y a la docencia universitaria.

JUANA LARRAURI:
Cantante de tangos y dirigente del peronismo femenino. Fue dos veces senadora nacional. Grabó la marcha Evita capitana. Murió en 1990.

BENITO LLAMBI:
Diplomático peronista y ministro del Interior del tercer gobierno peronista.

ESTER DE SOBRINO:
Dirigente del Peronismo Femenino. Fue diputada nacional cinco veces.


FUENTE: Los retornos de Peron