Debió pasar más un siglo para que los niños perdidos vuelvan al País de Nunca Jamás. Ayer, Peter Pan en rojo escarlata, la única secuela autorizada del clásico de John M. Barrie, tuvo su lanzamiento mundial, simultáneo en treinta y dos países. Con una producción y puesta en escena, que recoge los ecos del fenómeno Harry Potter, se presentó esta nueva aventura de Peter Pan, escrita por Geraldine McCaughrean.

La novela, ambientada en 1926, comienza con Wendy y los demás niños perdidos ya adultos, olvidados de las fantasías del país de las hadas, las sirenas y la eterna niñez, al que en esta travesía deberán regresar. "Nunca Jamás" está en peligro y ellos deben acudir al llamado de Peter. Teñidos de rojo escarlata, volverán a la vida los pieles rojas, las sirenas y, por supuesto, el temible Capitán Garfio.

El hospital infantil Great Ormond Street de Londres, al que el propio Barrie donó los derechos de su obra en 1929, nunca había autorizado segundas partes. Pero en 2004, al cumplirse los cien años de la aparición de Peter Pan, convocó a un concurso a través del cual seleccionó al autor que continuaría la saga.

Ayer, la creación de la ganadora, una reconocida narradora inglesa con más de 130 libros y obras de teatro escritas, llegó a las librerías de más de treinta países. En la Argentina se lanzó una primera edición de doce mil ejemplares.

¿Volverá Peter Pan a echar polvos mágicos sobre los corazones de los niños? Eso está por verse. Por ahora, sólo hay un fuerte impulso publicitario que apela a generar actividades, del tipo de las que florecieron con la exitosa saga de J.K. Rowling.

Con una búsqueda del tesoro, para no más de 150 niños invitados, Alfaguara hizo su lanzamiento desde el "Parque de aventuras", convertido en el País de Nunca Jamás, del Club de Amigos en Núñez.

Agrupados bajo seis banderas: "Los pieles rojas", "Las hadas azules", "Los niños perdidos", "Los piratas", "Los dragones" y "Las sirenas", los pequeños se disputaron el tesoro: los libros de Geraldine McCaughrean con ilustraciones de David Wyatt. "Ganaron los malos" dijeron por ahí cuando Los piratas se alzaron con el tesoro. Como sea, hubieron libros para todos.