¿Aeropuertos en el medio de las ciudades?

Las urbes prósperas serán las que pongan en su centro terminales aeroportuarias, dice el académico estadounidense John Kasarda. Pero para el autor aun no es claro si las “aerotrópolis” serán útiles para la gente o si serán sólo canales para los negocios.



AEROTRÓPOLIS. The Squaire, un edificio de oficinas cerca del Aeropuerto de Frankfurt, se destaca como un ejemplo del tipo de configuración urbana de la que habla Kasarda (crédito Wikipedia).


En el siglo XXI, lo que más importa para la prosperidad son los aeropuertos grandes, eficientes y bien conectados. “Ganarán los lugares más rápidos y mejor conectados”, y el futuro pertenece a la ciudad que pueda ver esto antes que nadie. En tanto China causa estruendo con US$250.000 millones de inversión en aeropuertos, Londres encuentra que todas las iniciativas destinadas a mejorar su infraestructura chocan contra la oposición ambiental, la indecisión política y los intereses de ciertos grupos. Y, junto con Londres, se va toda la economía del Reino Unido

Es prácticamente eso lo que dice John Kasarda, predicador del concepto de aerotrópolis, la idea de que surgirá y debe surgir un nuevo tipo de ciudad, donde “el aeropuerto ya no está en la periferia sino en el núcleo”. Kasarda combina un profesorado en la Universidad de North Carolina con libros y artículos escritos sobre el tema junto al asesoramiento a distintos gobiernos para que dirijan sus miles de millones hacia el logro de su propia aerotrópolis. Boris Johnson ha manifestado su entusiasmo con la idea, y Kasarda retribuye su pasión: “El alcalde de Londres me parece sumamente visionario. Sabe tomar el pulso. Tiene un estilo dramático, pero es un hombre muy sabio”.

Hay, dice Kasarda, “una nueva métrica basada en el tiempo y el costo” y “el mantra de la situación geográfica ha sido reemplazado por la accesibilidad, la accesibilidad, la accesibilidad”. Kasarda funda sus argumentos en baterías de estadísticas y predicciones –que en 2030 habrá 13.000 millones de viajes de pasajeros al año, en comparación con 4.900 millones en 2010, o que un iPhone 5 se arma con repuestos llegados en avión desde distintos países.


Los ejemplos favoritos de “aerotrópolis” que menciona Kasarda son Las Colinas, en Texas, que está cómodamente ubicada para el Dallas Fort Worth y “alberga cuatro sedes de Global Fortune 500”, y New Songdo, un proyecto inmobiliario construido (por consejo de Kasarda) cerca del aeropuerto Incheon en Corea del Sur. A eso hay que agregarle Dubai, “un aeropuerto con un emirato anexado”, y Singapur, cuyo crecimiento se ha visto ayudado por su impresionante aeropuerto.



06/03/2013

Por rowan moore - Especial para The Observer y arq