La voz de la soledad: Estrena "Amy", el documental de Amy Winehouse





Amy Winehouse hizo su última aparición sobre un escenario en Belgrado (Serbia) el 18 de junio de 2011, en lo que se suponía era también el esperado regreso ante el público después de una larga recaída en los excesos. Pero lo que para muchos era la esperanza de una Winehouse felizmente recobrada se volvió un episodio funesto, para siempre registrado por cámaras individuales: la cantante se abrazaba a los músicos, balbuceaba, apenas podía sostenerse. Poco más de un mes después aparecía muerta en su casa en Camden (Londres) a causa de una sobredosis de alcohol.

Contado así, el ascenso y caída de la artista inglesa suena a una más de las leyendas negras de las que se alimenta el sensacionalismo histórico y el periodismo amarillista, cuando lo cierto es que la tragedia en cada caso tiene sus propios rasgos. Es esa sensibilidad hacia la deriva singular de la joven cantante la que brilla con oscura luz propia en Amy, el notable documental de Asif Kapadia que ahora llega al cine y que junto a
Montage of heck de Brett Morgen –sobre Kurt Cobain, líder de Nirvana- se cuenta entre los documentales musicales del año en cuanto a iconos malogrados.



Justamente, lo que evita Kapadia son los golpes bajos, sabiendo que lo que tiene en sus manos es revelador y contundente por naturaleza: el director, nacido en el norte de Londres al igual que Winehouse, tuvo acceso a cintas y documentos familiares y del círculo íntimo de la cantante y construyó la película en base a ese material inédito, al que le suma contados y breves registros oficiales. El método, que el realizador ya había usado en el documental
Senna (2010), prescinde de la voz en off y recargas estridentes para reducir a dos horas la meteórica y fulminante carrera de Winehouse, desde sus tímidas incursiones púberes en el canto hasta el arribo de los flashes, su atónito triunfo en los Grammys o su dueto con Tony Bennett, tan mágico como anticipador del fin.

Lo que Kapadia consigue es llevar a primer plano a una Winehouse compleja, frágil y carismática, una persona aterradoramente viva detrás de la maqueta mainstreamque se desplomó en Serbia. También exhibe, siempre de manera más velada que explícita, el aislamiento de la cantante, la falta de contención y cuidado tan cruciales en una joven que se encaminaba con paso firme a la autodestrucción. Es esa vulnerabilidad, esa herida abierta y sin remedio lo que más duele de
Amy: los calculadores empresarios del business, los medios y la voracidad histérica replicada por los fans, la distancia afectiva de su padre, la cobardía imberbe de su novio Blake Fielder-Civil, nadie se salva en la exposición de Kapadia, y de ahí las negativas de la familia Winehouse –sobre todo del padre, al que la cinta señala con dedo acusador-, para que se difunda el documental.

Amy se permite dejar el jazz y el rock de lado –al director le interesa sólo la voz de la cantante, que en escenas al pasar exponen su talento intimidante- para concentrarse en desnudar con imágenes ajenas la interpretación propia de la cruz de la artista: la soledad. Por eso Amy es incómoda, aunque también conmueva con su rescate de un espíritu único e inolvidable.



Amy
Documental
Reino Unido, EE.UU., 2015. Dirección: Asif Kapadia. 128 minutos. Apta para mayores de 16 años.