Ok, Sebas, entiendo lo que planteás. Pero no sé, no me parece. No todos los políticos nacionales opinan de las administraciones de otros países. Y los que sí opinan (por lo general en forma negativa) lo hacen con bajeza y sin argumentos. Son sólo acusaciones, peleas de conventillo. Y creo que tendríamos que hacer una diferencia que a veces no se tiene en cuenta. Una cosa es que "todos los argentinos opinemos de todos", o sea nosotros, la gente común. Y otra muy distinta es que lo hagan funcionarios públicos que fueron elegidos para conducir los destinos de un país. Se supone que ellos deberían comportarse de otra forma y no ponerse a hablar mal del vecino. Por último, yendo a un ejemplo más llano: las cosas de mi casa las manejamos con mi familia, y no nos gustaría que los de afuera se pusieran a opinar si administramos bien o mal. Yo no opino cómo mi vecino administra sus asuntos, y mi vecino no opina de como yo lo hago en mi casa. Creo que a nadie le gustaría que se metieran a opinar los de afuera.

Abrazo.