Algunos lo hacen por miedo a ser enterrados por error, otros por estilo.
-Como con los faraones egipcios, la práctica comenzó en Sudáfrica y ya se expandió a varios países.
Si pensabas que Carlos Bianchi era el único que tenía “el celular de Dios” estás equivocado. De acuerdo con estudios recientes, hay muchas personas que piden que se las entierre junto a sus teléfonos móviles y otros gadgets. Aparentemente, este hábito empezó en Sudáfrica, pero el fenómeno se expandió y ya pisó firme en Irlanda, Australia, Ghana, Estados Unidos.
Martin Raymond, director del instituto El Laboratorio del Futuro, dedicado a rastrear tendencias de comportamiento, señala que este comportamiento se está extendiendo por todo el mundo y no sólo se acota a los teléfonos móviles: ya son varios lo que han pedidos permanecer bajo tierra con sus laptops.
"Nos encontramos con un tipo que pidió ser enterrado con su teléfono móvil, con su PDA, un Blackberry y con su computadora", explicó Raymond quien agregó: “muchas personas cercanas a la muerte, temían caer en estado catatónico y ser enterradas por equivocación, es por eso que pensaban que un teléfono celular dentro del ataúd podría salvarles la vida. Pero en Australia, esta nueva moda tiene que ver más con estilo ya que en ese país hay gente que quiere ser enterrada con los objetos que representan su vida”.
Un poco de historia
Desde la época de los faraones egipcios, se creía que los objetos servirían incluso en el más allá y por ello, la cultura de enterrar a las personas junto a sus bienes personales, que también era común en América, se remonta a aquellos tiempos.
Pero lo que sucede hoy tiene que ver más con un tema de estilo y no con la creencia de la utilidad del objeto en el más allá. Cada vez más gente quiere ser enterrada con objetos que los definieron mientras estaban vivos y hasta existen casos en que estos equipos han sido cremados junto con sus dueños. “Se dieron cuenta de esto porque cuando se expone la batería de un celular a cierta temperatura, ésta explota”, manifestó Raymond.
Con el Celular hasta el Cajon!
