Hace una semana no tuve reparos en decir que J. Michael Straczinski podía catalogarse de “autor coitus interruptus, por su tendencia a abandonar los proyectos en que se embarca. Y así fue como nos enteramos del anuncio, realizado a través del blog oficial DC The Source, que JMS abandona las series regulares de Superman y Wonder Woman para dedicarse en exclusiva a escribir la secuela de la novela gráfica Superman: Earth One.
Como muchas veces lo que no es novedoso no es noticia, podríamos haber pasado de publicar este asunto. Sin embargo, tras esta movida hay una serie de hechos que es necesario destacar, y aunque sean meras hipótesis, son ilustrativas del momento en que se encuentra DC Comics en particular y el mercado del cómic mainstream en general. Tiene que ver con las ventas, orientaciones de mercado y marca pautas para lo que podría ser el futuro de los cómics… ¿sin cómics?


Diane Nelson y los nuevos jefazos en DC no estarían dispuestos a permitir que la compañía siga diluyendo su potencial. Durante los últimos diez años, con Dan Didio como responsable, las ventas de cómics DC están absolutamente estancadas. En promedio, Marvel domina un 40% del mercado y DC no supera el 30%, con peaks para cada compañía que oscilan entre el 45% y 35%. Si a ello sumamos que el mercado de cómics se ha visto reducido en los últimos años, la cantidad de dólares que están ingresando por concepto de ventas disminuye. En los últimos tres meses, salvo la excepción de Wolverine #1, ningún título ha superado el margen de las 100 mil copias vendidas. Sólo un par de años antes, los títulos más vendidos se empinaban sobre las 150 mil copias, y eran al menos la totalidad del top ten. Ni subiendo precios, ni editando más títulos mensuales, ni macrosagas con tie-ins o periodicidad semanal, DC ha logrado reducir la brecha histórica que posee con Marvel.
Por todo lo anterior, es obvio que los ejecutivos, al ver que las ventas de títulos como Superman y Wonder Woman apenas se empinaban en los 50 mil ejemplares, hayan decidido “cancelar” a JMS. Por esta vez, creo que el autor no ha renunciado, sino que lo han sacado con viento fresco. No hay que olvidar que un artista en la industria norteamericana cobra por página, y el mismo JMS reconoce en entrevista reciente con Rich Johnston que sus ingresos se verán reducidos “hasta en un 75%”. El hecho es que por un centenar de páginas que aproximadamente tiene Earth One, JMS ha vendido la mitad del dinero que en cuatro títulos mensuales. Observen la comparativa:

  • Superman Earth One: 16.260 copias, US$ 325.000 sólo en octubre


  • Superman Serie Regular (700 al 703): 222.560 copias total, US$ 800.594 en cuatro meses, US$ 200.149 promedio mensual (considerar que #700 se vendió al doble de precio).

“La novela gráfica vende más, tiene mejor proyección anual, le pagamos menos al escritor y no perdemos dinero” Parece un razonamiento lógico para cualquier ejecutivo que quiere ganar, no sólo competir. Además, si la serie regular apenas varió su porcentaje de ventas al pasar a un autor estrella, ¿por qué no devolverla a un autor de nómina, que cobra el estándar? Atajando la fuga antes que se convierta en pérdida, DC conserva su propiedad intacta.

¿Nos dedicamos a editar novelas gráficas entonces?
Earth One vende bien, ¿pero de verdad vende bien? No es serio afirmar que las cifras de venta de Earth One han sido un éxito rotundo, sino al menos hasta esperar unos meses. Creo que la motivación para mover a JMS en exclusiva a la novela gráfica no es la satisfacción ante el éxito, sino una rápida reacción a la contingencia.
Unas palabras sobre como funciona el mercado y la distribución de los cómics en USA. La compañía Diamond distribuye prácticamente la totalidad de los cómics a tiendas especializadas y canales de venta. Es un monopolio que vende esencialmente via Previews, publicación que mes a mes, adelanta los contenidos de los cómics que saldrán en 90 días, organizando y motivando el pedido desde las tiendas. O sea, si en febrero se anuncia “La Muerte de Spiderman”, el librero sabrá que le conviene aumentar la estimación de venta, y pide más ejemplares del cómic en cuestión para ese mes. La distribuidora pasa el pedido a la editorial y ésta imprime prácticamente a pedido, la cantidad justa: nadie pierde dinero. Ahora, si lo pensamos bien, es obvio que el mercado se estanque, pues compran los mismos de siempre y por enganche. Es muy difícil tentarse con un cómic nuevo si la preview o el hype no es suficiente y si, por otro lado, te decides a comprarlo después… ¡puede ser demasiado tarde! Pues si el librero es conservador o sólo pide para sus clientes, no habrá ejemplares para nuevos lectores.
Un inciso importante: ¡aquí está el círculo vicioso de la calidad de los cómics! Se anuncia un nuevo título, lo compran sólo los zombies de la editorial y el resto lo lee escaneado. ¿Te gustó? No hay ejemplares, deberás esperar al tomo recopilatorio. Por ende, hay una entrada fija para la editorial por venta de cómics y otra adicional por venta de tomos ¿Cuál deja más ganancia? El tomo, que los cómics pagan los activos fijos. ¿Qué le exijo a mis autores? Que escriban pensando en el tomo recopilatorio, y entonces caemos en el decompresive storytelling, en el alargue innecesario, en la planificación mensual y anual en torno a sagas recopilables, a la proliferación de rellenos y números fill-ins… y asi estamos como estamos.

¿Es la novela gráfica la solución? Earth One se autopromociona como un oasis de calidad, una historia bien planificada en extensión y ritmo, no una serie de mensuales armados como tomos, con staff creativo dedicado en exclusiva… pero ojo: Diamond distribuye los cómics y tomos sin derecho a devolución por parte del librero. ¿Y que puede pasar aqui? Que el dueño de tienda, sabiendo que un tomo tiene un periodo de salida mucho más extenso que un cómic mensual, puede pedir sobrestock sabiendo que lo venderá en meses venideros. Aunque DC ya haya recibido más de US$ 300 mil por ventas, es posible que muchos de estos tomos no estén en manos de lectores, sino en estantes de librerías. Si bien esto no tiene nada de malo, ¿qué sucede cuando se acumula la oferta de novelas gráficas? Lo más sensato antes de brindar con champaña por una salida al mercado es observar su comportamiento acorde a sus tiempos ¿Qué ocurre si en noviembre las solicitudes bajan a menos de la mitad? ¿O si la sobreoferta lleva a devaluar el producto antes de lo esperado?
¿Es posible “acelerar” un trabajo de calidad buscando aumentar su excelencia? Si para escribir una novela gráfica exitosa un autor se toma tres meses, ¿puede mejorar en menos tiempo? No parece sensato obrar así. JMS no debería tardar menos, sino revisar con más esmero un producto que, por cierto ya debe estar boceteado y aprobado por la editorial. Lo cierto es que el apuro por explotar esta franquicia tiene dos lecturas: o hay un nuevo filón de oro que pagará todas las “deudas” o peor; hay un reconocimiento de que el impacto del primer lanzamiento no ha sido suficiente y se necesita apoyarlo cuanto antes. Mal que mal, durante un siglo, los cómics se han vendido porque traen un “continuará”. Sin ese cliffhanger, bastaría con un par de ejemplares para estar contentos, pero no, aquí estamos arrumbando más y más colecciones. En fin.
Es posible que la industria esté en un punto de no retorno en cuanto a la distribución de sus historias. Si está por nacer un nuevo soporte, cruza de novela gráfica y serie mensual, está por verse. Lo importante es que esta manera agresiva de mover las piezas en el mercado es algo nunca visto y que provocará una respuesta en las demás editoriales. Confiemos en que todo sea en beneficio de nuestros queridos personajes y que nuestra pasión se vea recompensada por mejores y más dedicadas historias.



Extraída de: SALONDELMAL.com